No sé cómo pudo pasar, llegó de
repente casi sin darme cuenta. Fue como esos cambios de estación a
lo largo del año en los que pasas de invierno la primavera y casi
sin querer te das cuenta de que tiene que empezar a cambiar de ropa.
Me di cuenta un día cuando metido en
medio de un atasco el coche de delante no se movía, me percaté por
el cristal del coche de que el pasajero estaba dando un beso a la
conductora del coche, yo en vez de hacer sonar el claxon, puse en mi
rostro una sonrisa, espere solo cinco segundos y retome mi marcha.
Creo que fue ahí donde empezó todo,
otro día llegué al trabajo y empecé a saludar a todo el mundo
dando los buenos días y muchos de ellos me devolvieron una sonrisa .
Empece a notarme raro por dentro, en mi casa empecé a dejar de
enfadarme con los niños por cualquier tontería, en cambio empecé
a jugar con ellos más a menudo cuando podía, los besaba cada noche
al acostarse, les alababa sus virtudes y cada vez que teníamos algún
altercado siempre intentamos solucionarlo haciéndoles entender que
era lo que había ocurrido y cómo podíamos llegar a solventarlo.
Casi sin darme cuenta como te dije anteriormente también empecé a
besar más a mi mujer, y salía de mi de forma espontánea la frase
“te quiero” mucho más de lo normal.
Donde antes no había más que enfado,
empezó de repente a notarse una extraña sensación de paz interior,
una paz que dicho sea de paso me está empezando a resultar
gratificante y con la que creo que sería capaz de vivir durante
mucho tiempo.
Es cierto que resulta extraño, que
curiosamente en los tiempos que corren, uno empiece a notar la paz de
la que comentaba. Pero lo cierto es que no voy a preocupar de si esto
es raro o no, simplemente me voy a dejar llevar por el momento y a
disfrutar de el.
Entre otras cosas, me he dado cuenta de
que si das a los demás una sonrisa, buenas palabras, un poco de
ayuda cuando lo necesitan o simplemente un abrazo verdadero(te
sorprendería la energía que transmite un simple abrazo). Toda esa
energía positiva te es devuelta por lo demás incluso sin que ellos
se den cuenta. Y a su vez tu les trasmites este germen, que hace que
ellos también se sientan un poco mejor.
Sé que todo esto puede resultar un
poco digamos “ñoño” o hasta cierto punto estúpido. Pero como
te he dicho antes no me preocupa, a mí de momento me está
funcionando, así que mientras funcione yo lo disfrutare.
Te doy un consejo, tu haz luego con el
lo que quieras. Mi consejo es: Empieza a tratar a los demás, mejor
de lo que te gustaría que te trataran a ti, hazlo sin esperar nada,
de forma desinteresada y sin darle importancia (de verdad que no
cuesta esfuerzo) y veras como poco a poco empezaras a recoger los
frutos de esa conducta, con la amistad de los que te rodean. Eso te
alimentara y te servirá para ver la vida con el cristal del color
que tu quieras. Intentalo … total que puedes perder.
Gracias y hasta pronto.